jueves, 11 de junio de 2020



Hasta el último segundo...

Como el iceberg derrite la constante
los imperios desnudan sus demonios.
Ambos son el ideal en el ejemplo,
son el nido que sostiene la costumbre.

Estructuras que pasan por lo alto
y olvidan que todo se renueva.
Armaduras doblegadas por el fuego
del eterno señor que no envejece.

Las cuentas se rinden ante el tiempo
que de sobra conoce de paciencia
y en la espera procura comprobar
la verdadera sentencia por hacer
de una mentira la existencia.