lunes, 23 de febrero de 2015

A la opinión pública mundial

23 de febrero de 2015

"Prefiero ser esclavo de mis palabras, con la verdad, que ser dueño del silencio, complice, de mis mentiras" Yo.

A usted, Beatriz:

Escribo esta carta en singular, porque esto se ha convertido en algo personal, pues el trato que ha tenido para con mi pareja, lo merece.

He mantenido una postura de conciliación por más de seis años y medio.

He intentado acercarme a los que han ocasionado mis problemas en este tiempo; espacio digno sucesor, de años que la humanidad rechaza. 

Mi paciencia se confundió con estupidez. Mi cordura no es necesidad de aceptación, sino raíz del entendimiento.

Todo tiene un límite, y usted, lo ha ultra pasado. Sé que me juego la integridad, pero, también, estoy consciente que no puedo permitir un día más con esta situación que tiene visos de tragedia. Y todo, por ocultar, usted, mentiras y maneras de proceder en las cuales no tengo nada que ver.

En todo este tiempo, ha dispuesto de mi vida como si fuera de su propiedad. Esta usted equivocada; hasta allí, no llega su poder.

En muchas ocasiones supliqué por la salud de su hija. Ahora, le exijo desamarre esto, porque mi salud está afectada y la hago responsable ante la opinión pública mundial.

Usted es responsable del secuestro de mis letras. Y eso, usted que es abogada, sabe bien que está penado. No es una amenaza de David que tiene al frente al Goliat de los tiempos modernos, es un recordatorio de las leyes que usted acostumbra pisar por todos lados.

No me interesa su vida privada en ningún sentido. Y le juro, que estaría haciendo una cosa mejor, que escribir esto, si usted no se metiera con la mía.

Usted, a pesar de su edad, no ha entendido que los círculos se cierran.

Usted, a pesar de su experiencia, no ha logrado resolver problemas añejos. Por qué? No lo sé, pero eso afecta a mucha gente. En la forma que, usted, así programa.

Usted, me ha robado todo este tiempo moviendo a sus lacayos, para intentar volverme loco. Su abuso es inmisericorde, pues tiene todo a su favor. Bueno casi todo. La verdad es una sola.

No tengo la culpa de sus errores y menos de sus mentiras. Ambos fueron creados antes de que yo escribiera mis libros.

Deje de sembrar en mi vida, el odio acumulado por años. Atrévase a vomitarlo sobre quienes lo formaron.

Por último, le informo que usted ha logrado hacer daño en mi matrimonio. Pero, para su mala fortuna, no es estructural. 

Si usted, no conoce la felicidad, hágase un lado de la gente que la busca. Siga acumulando las barras que tiene en su corazón.

No se confunda, no hablo de oro, sino de hielo.

Atentamente
Francisco Alberto Servin de Alba
Salvador, Bahía, Brasil



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