9 de marzo de 2015
Carta abierta al Rey Guillermo
Alejandro de los Países Bajos.
Don Guillermo, leí una nota en los
diarios, y me causo una impresión tal, que me di la licencia de mandarle estas
líneas.
Que su país rente celdas porque le
sobran, es algo inusitado en estos tiempos. Eso habla muy bien de una nación
que ha tenido que luchar en contra de la misma naturaleza. No me queda claro la
cuestión jurídica de cómo se puede constituir un pacto de esta especie, pero
sin duda es un adelanto que hay que aplaudir. He sido siempre partidario de copiar lo
bueno y desechar lo malo. Ahí está la verdadera globalización que los
integrantes de este planeta necesitan. Se supone que deseamos un mundo mejor,
para todos. Y en lo que vivimos, pareciera que buscamos lo contrario.
Ese modelo que descubre la noticia a la
que me refiero, debiera darse en todo el orbe. Indica el avance político-cultural de un país y muestra los resultados en el trabajo social con los reos, el cual evita la reincidencia.
Por desgracia no es así en muchas partes del mundo, las prisiones vienen a ocupar el lugar de veraneo para aquellos que pueden pagar las cuotas de corrupción que es conocido se exigen. En cambio, los que no tienen esa posibilidad, terminan conociendo el mismo purgatorio en plena luz de vida.
Por desgracia no es así en muchas partes del mundo, las prisiones vienen a ocupar el lugar de veraneo para aquellos que pueden pagar las cuotas de corrupción que es conocido se exigen. En cambio, los que no tienen esa posibilidad, terminan conociendo el mismo purgatorio en plena luz de vida.
En estos lugares, se fugó, el propósito
de rehabilitar a las personas que le fallaron a la sociedad. Y se castiga
doblemente a la misma. Primero, por no usar adecuadamente el presupuesto
asignado para el tema y después, devolviendo a la circulación a individuos
mayormente resentidos y con enseñanzas dignas de los planteles en que se han
convertido burdamente esos lugares de reclusión.
Por eso, leer acontecimientos como el
descrito, causa esperanza en alguien como yo, que cree firmemente que la tierra
tiene posibilidad de salvarse.
Antes de despedirme, le pido un favor. Hágame
saber con quién debo entrar en comunicación, pues existen posibles moradores
para sus "viviendas" en renta. Y no me lo va a creer, pero en este caso, serían más de las 240 plazas que le están
rentando a Noruega. Porque tal vez no lo sepa, pero han sido más, de ese
número, las persona que nos han atormentado a mi mujer y a este servidor,
durante casi siete años y todo por querer ocultar sus fechorías. Disculpe su
majestad, seguramente se preguntará de que le estoy hablando. Es muy sencillo
de explicar.
Un grupo de personas sin escrúpulos,
desde el año 2008, nos han causado mucho dolor y problemas bajo el pretexto de
un libro que escribí en donde desvelo un fraude en la compra de una línea
aérea. Puedo asegurarle que es un motivo baladí.
Durante este tiempo hemos entendido que
tan solo es una simulación, para cubrir delitos que se llevaron a cabo, años antes
de que yo escribiera mi texto. Malversaciones que dejan en claro la calidad
moral de los individuos a que me refiero. Me imagino que la interrogación
llegara otra vez a su mente: ¿Y yo que tengo que
ver? Por desgracia, más de lo que se imagina, pues algunos de esos elementos
son cercanos a usted. Muy cercanos diría yo.
Ellos saben bien, el nivel de los delitos que han venido cometiendo. A tal grado que ya mueven a los demas reinos, buscando apoyos que vendrian como resultados de mentiras, porque si las monarquías se enteraran de la verdad, terminarían repudiados por la manera artera de actuar.
Quedo a sus ordenes para cualquier aclaración que usted considere pertinente.
Ellos saben bien, el nivel de los delitos que han venido cometiendo. A tal grado que ya mueven a los demas reinos, buscando apoyos que vendrian como resultados de mentiras, porque si las monarquías se enteraran de la verdad, terminarían repudiados por la manera artera de actuar.
Quedo a sus ordenes para cualquier aclaración que usted considere pertinente.
Agradezco su tiempo y le vuelvo a
felicitar. Ojalá que, el ejemplo de las prisiones, sea imitado por muchos gobiernos de este planeta.
Atentamente
Francisco Alberto Servin de Alba
Salvador, Bahia, Brasil.
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